Niña al final
Ella:
Sonrisas no
aprendidas
chocan en
mi granada.
Me las hallo
en el agua redonda
de mi pozo.
Me empino para ser
mujar, pero
no llego.
Ya me subo
medias y ligas,
ya me bajo la falda
a la misma cintura
de la rodilla.
No sé por qué me busco,
con este afán de niño hambriento,
los senos con los dedos.
Los senos,
que exigen terreno al percal
y al viento.
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